A diferencia de otros productos para la construcción, el cemento tiene una vida útil limitada dependiendo de las condiciones de traslado y almacenaje y si no se utiliza dentro de este período, su calidad puede verse seriamente comprometida. Esta fecha de caducidad ha generado inquietud entre los profesionales de la construcción y los contratistas, quienes buscan garantizar la durabilidad y seguridad de sus obras.

Se recomienda el uso de cemento no más de 3 meses después de su fabricación, de lo contrario es altamente probable que la calidad y durabilidad de la construcción se vea comprometida.  Los reportes de deterioro prematuro en las estructuras construidas con este material han sido motivo de preocupación. Los contratistas y desarrolladores se enfrentan a costosos problemas de mantenimiento y reparaciones, lo que afecta la viabilidad y sostenibilidad de sus proyectos.  Esto sin considerar los riesgos a vidas humanas ante catástrofes naturales como terremotos e inundaciones, situaciones en las cuales la calidad del cemento utilizado se vuelve aún más crítica.

A pesar de las preocupaciones sobre la calidad y fecha de vencimiento del cemento importado, su presencia en el mercado centroamericano ha sido notable. La falta de alternativas y regulación efectiva en la importación y comercialización de este material ha permitido que siga utilizándose en proyectos de construcción, a pesar de los evidentes riesgos que representa.

La situación del cemento importado destaca la necesidad de una mayor vigilancia y regulación en la industria de la construcción en Centro América. Las autoridades y organismos pertinentes deben asegurar que los materiales utilizados en los proyectos cumplan con los estándares de calidad y seguridad adecuados. Asimismo, es necesario que los profesionales del sector y contratistas puedan priorizar las pruebas de resistencia a los materiales que utilizan en sus obras para garantizar la integridad y seguridad de las construcciones en el país.